Acostumbrados al día a día, viendo transcurrir la vida con nuestras responsabilidades, anhelos y planes, fue un verdadero shock ver como una pandemia global ponía patas arriba todo lo conocido. Inicialmente lo vimos desde la lejanía, y despreocupados por la desinformación que recibíamos de fuentes oficiales.
El virus llegó e irremediablemente sufrimos sus consecuencias. Empezamos con la recomendación de distanciamiento social, luego el confinamiento obligatorio, la escasez de material para la protección ante el virus, y la crisis económica derivada. A pesar del golpe, muchas son las manos que quieren ayudar. Esto es un pequeño relato en agradecimiento a todos ellos.
Cambio de rumbo y nuevas necesidades
De repente echo de menos todas aquellas cosas que antes me resultaban indiferentes, me parecían monótonas, o me quitaban tiempo de mis principales intereses. Ahora cuanto daría por volver a hacerlas todas, y me doy cuenta de que la vida pasa tan rápido que a veces pasas por alto los detalles. Está claro, uno no sabe valorar lo que tiene hasta que deja de tenerlo.
En confinamiento, lo que más se ha ganado es en tiempo de reflexión, pensar en cómo se puede ser útil y colaborar con lo que necesita la sociedad. El valor humano de la solidaridad es fundamental para superar estos tiempos difíciles, y estamos viendo muestras de esto cuanto más fuertes son las dificultades.
A la vez que el COVID-19 ha producido un cambio radical en nuestro día día, también ha supuesto unas urgentes necesidades debido a la falta de previsión. Una de ellas es el masivo uso de mascarillas como medio de protección para reducir el riesgo de contagio. Todos los países están compitiendo por estos productos, lo que hace que se eleven los precios y resulte difícil encontrar estos materiales en el mercado internacional. La alternativa pasa entonces por el auto abastecimiento del país y el fomento de la fabricación nacional.
Iniciativas solidarias
En muchas ciudades se han creado iniciativas solidarias para paliar las necesidades que están surgiendo. Por lo que me toca más cerca, en Oviedo, llegó material donado para la fabricación de mascarillas. Todo esto fue gestionado por el gobierno local que derivó parte de este material a talleres locales y a escuelas de patronaje y confección.
Fue así como me llegó la posibilidad de ser útil y contribuir a la fabricación de mascarillas no sanitarias. Todo el esfuerzo habrá valido la pena simplemente por el hecho de saber que has ayudado a reducir el riesgo de contagios entre tus conciudadanos.
Y así es cómo me puse manos a la obra, una vez que por fin me llegó el material necesario para la fabricación:
Las primeras mascarillas se hacen de principio a fin para adquirir mayor conocimiento de los distintos pasos. Tras ello, ya se pueden hacer los distintos pasos en serie para ser más eficiente. En este breve video de agradecimiento, te muestro cómo hacer una:
Y así transformamos la materia prima en mascarillas para la protección del personal no sanitario que lo necesite.
Gracias por tu ayuda
Unidos es cómo lograremos salir de esta situación, y por ello, mientras haya escasez de mascarillas colaboraremos con los demás voluntarios para paliar al menos en parte esta necesidad actual.
A todos los que han apoyado esta causa, empresas, organizaciones, ayuntamientos, profesionales y demás voluntarios, muchas gracias por vuestras donaciones, tiempo y dedicación.
Y como no, muchas gracias a todos mis solidarios conciudadanos que colaboran cumpliendo con las medidas de confinamiento.